Fútbol en medio de la guerra.
Irak se proclamó ayer campeona de la Copa de Asia ganando por uno a cero a Arabia Saudí en la final. El tema exige un análisis que vaya un poco más allá del puramente futbolístico, porque lo cierto es que es todo un hito para el fútbol iraquí y toda una sorpresa en el continente asiático. Así que dejaremos a un lado al inesperado equipo campeón, sus históricas victorias como el día ante Australia o la evolución de Akram, El Hamd o Younis Mahmoud.
A pesar de repetirse, no deja de sorprender la fuerza de este juego, que irrumpe sin pensárselo donde nada ni nadie se siente capaz. Un torneo de fútbol ha llevado a un país destrozado a un baño de gloria, olvidando por unas horas los baños de sangre a los que están acostumbrados; lo ha sacado de la crónica de sucesos para darle relevancia en la jubilosa información deportiva internacional; le ha dado un motivo para la esperanza en medio de la desesperante situación que vive.
Cincuenta personas murieron celebrando el pase a la final, y escribo sin saber ni querer imaginar cuántos lo harán festejando el título. Allí donde la muerte ha perdido su individualidad y la vida su valor y su sentido, el fútbol es motivo de alegría y de perder el miedo a reunirse en mitad de una calle. En un lugar donde unos mueren en nombre de no sé qué dios, matando a quienes viven su religión de otra forma y a quienes allí han acudido en nombre de no sé qué principios, en ese lugar, sólo el fútbol ha servido como excusa para ser felices por un tiempo.
Lo que no han conseguido la diplomacia ni la democracia, la guerra ni la dictadura, los soldados ni las elecciones, lo ha logrado el fútbol: la selección, integrada por sunníes, chiíes y kurdos, aglutina y representa a todo un país y deja en paños menores a la religión exacerbada, la integridad racial o las convicciones políticas como factores de cohesión. Y además no se le ocurre excluir a nadie.
Mientras unos sigan considerando al fútbol como un mero juego que ha derivado en negocio y espectáculo de masas y otros desconfíen de él por creerlo extramuros de la cultura, no serán conscientes de la imparable fuerza que le acompaña.
Valdano y Benedetti coincidían en señalar que lo mejor del fútbol son los futbolistas por su origen común y por ser guardianes de una cultura muy particular. El fútbol, con sus guardianes a cuestas, ha mostrado un camino que no vio ni el más fino de los analistas geopolíticos. Lástima que nadie vaya a interpretarlo, ni mucho menos aprovecharlo.
A pesar de repetirse, no deja de sorprender la fuerza de este juego, que irrumpe sin pensárselo donde nada ni nadie se siente capaz. Un torneo de fútbol ha llevado a un país destrozado a un baño de gloria, olvidando por unas horas los baños de sangre a los que están acostumbrados; lo ha sacado de la crónica de sucesos para darle relevancia en la jubilosa información deportiva internacional; le ha dado un motivo para la esperanza en medio de la desesperante situación que vive.
Cincuenta personas murieron celebrando el pase a la final, y escribo sin saber ni querer imaginar cuántos lo harán festejando el título. Allí donde la muerte ha perdido su individualidad y la vida su valor y su sentido, el fútbol es motivo de alegría y de perder el miedo a reunirse en mitad de una calle. En un lugar donde unos mueren en nombre de no sé qué dios, matando a quienes viven su religión de otra forma y a quienes allí han acudido en nombre de no sé qué principios, en ese lugar, sólo el fútbol ha servido como excusa para ser felices por un tiempo.
Lo que no han conseguido la diplomacia ni la democracia, la guerra ni la dictadura, los soldados ni las elecciones, lo ha logrado el fútbol: la selección, integrada por sunníes, chiíes y kurdos, aglutina y representa a todo un país y deja en paños menores a la religión exacerbada, la integridad racial o las convicciones políticas como factores de cohesión. Y además no se le ocurre excluir a nadie.
Mientras unos sigan considerando al fútbol como un mero juego que ha derivado en negocio y espectáculo de masas y otros desconfíen de él por creerlo extramuros de la cultura, no serán conscientes de la imparable fuerza que le acompaña.
Valdano y Benedetti coincidían en señalar que lo mejor del fútbol son los futbolistas por su origen común y por ser guardianes de una cultura muy particular. El fútbol, con sus guardianes a cuestas, ha mostrado un camino que no vio ni el más fino de los analistas geopolíticos. Lástima que nadie vaya a interpretarlo, ni mucho menos aprovecharlo.
Foto: Getty Images
Etiquetas: Actualidad Internacional
32 Comments:
Olé, grandes conclusiones que deberían aplicar todos. La verdad que es una situación muy delicada la de ese país, donde lo irracional se vuelve racional y lo racional irracional. Una pena que no se pueda arreglar esta situación...
Me quedo con tu última frase, por desgracia.
Hola! Por si te interesa, acabo de hacer referencia al subjetivo y tendenciosoRánking Blogs de Fútbol Julio 2007. Un saludo!
genial!
me encanta que hables de etse tema y mas con la clase que tu lo haces.
una vez mas el futbol como un vehiculo de unidad, de cultura,..
y futbolisticamente, una sorpresa.
saludos crack
Prosa fina, elegante, y como es habitual, llena de contenido. Muy buen post!!!!
Sobre el mismo, comentar que en efecto, el futbol va más allá de lo puramente deportivo, y alcanza otras capas de la sociedad actual. Esperemos que la victoria de Irak tenga alguna repercusión positiva en su situación política.
Una vez más, enorme post!!!!
Impresionante tu post!!!
Normalmente me suelo quedar con una frase, pero hoy me has complicado la faena...
Es muy grato ver que el fútbol puede unir gente de diferente idelología ... que dure y el deporte pueda sentarse encima de la calamidad y las muertes.
Un beso Pedro.
pd. Al hilo de tu post te dejo una cita:
"La violencia es el miedo a los ideales de los demás" VIVA EL FUTBOL!!!
Piterino
Se hablamucho de Irak, de los problemas y de mil cosas. Pro dejo una reflexión, nada de fútbol, para quien la quiera coger.
Los Americanos, padres del Liberalismo, quieren imponer la libertad en Irak utilizando medios sovieticos. Imponiendo reglas y situaciones desde una élite política. Pretender organizar la vida de las personas que viven en Irak.
Evidentemente, no son ls culpables de las matanzas, pero si de escoger el metedo antagonico para impones la libertad. Cuando a la gente se le deja decidir libremente( como es el cas ode con quien celebrar una victoria en futbol) veremos abrazarse a kurdos y chiies.
En fin,
Un abrazo crack y escribe más a menudo hombre...
@hoeman
Pues sí, vemos cada día imágenes dantescas y escuchamos hablar de decenas y decenas de personas muertas como si nada.
@rubén uría
Lo he visto y, como te digo allí, gracias por la mención, todo un honor aparecer en el ranking por primera vez.
Un saludo!
@javi
Gracias. Bien definido el fútbol como vehículo de cultura y unidad, a ver si otros se enteran.
@j. urrutia
Gracias! Pues sí, ojalá el fútbol pueda ayudar de verdad, a la vista de que nada funciona allí.
@silvi
Gracias. Pues yo me quedo con tu cita y tu grito final.
@daniel arias
Vida y muerte, liberalismo y vidas organizadas, libertad e imposición, ... Demasiadas contraposiciones imposibles en medio de un problema tan complejo como vergonzoso.
Intentaré escribir más a menudo, gracias!
Un saludo a tod@s!
Gran post Piterino. Lo cierto esque aunque pensemos que el fútbol cada vez es más negocio, siempre quedan estas historias que hacen levantar a un pais en mitad de la pobreza y la guerra.
Saludos
Me alegro por la golpeada gente de Oriente. Desconozco las internas iraquíes, sólo se que son sangrientas. Espero que este logro no tenga relacion ninguna con el intervencionismo estadounidense.
Excelente pluma Piterino, como siempre.
Enorme post Pedro, yo he estado cuatro días en Cabo de Gata y he conocido en magrebies que me han hablado de su cultura y de lo qué significa el fútbol para ellos.
Un abrazo
Escribes muy bonito pero con poca sustancia
Ésta es precisamente la gracia del fútbol, que nada es imposible (Adidas, de nada). Nadie apostaba por un país en guerra, destrozado, ocupado y con un horizonte que se prevé duro, sangriento e insolucionable. Y van y se hacen con el título a mejor selección de toda Asia. El fútbol, y sólo el fútbol, puede dar estas sorpresas. Sólo el fútbol puede saltarse el muro y enfrentar a RFA y RDA sobre un terreno de juego. Sólo el fútbol puede enfrentar a Irán y a EEUU en igualdad de condiciones. Aunque, desgraciadamente, el fútbol tambiénén puede causar un conflicto bélico, como ocurrió en 1969 entre Honduras y El Salvador.
Saludos Piterino. Te espero en mi blog. Aunque la actualización ahora está bajo mínimos por temas laborales, nunca dejaré te escribir, aunque ahora deba ser a pinceladas.
bonito post para el país de las maravillas. Te paso la réplica de javier ortiz:
La peripecia seguida por la selección iraquí de fútbol, que ha ganado la Copa Asia, tiene ribetes tragicómicos, pero resulta, en lo esencial, patética. Su seleccionador, el brasileño Jorvan Vieira, admite que al principio tuvo dificultades para conseguir incluso que los jugadores de diferentes orígenes étnicos y religiosos se pasaran la pelota entre sí. Hubo de prescindir de varios por ese motivo. No sin trabajo, logró finalmente superar ese escollo, y con éxito, pero ahora el problema es que los futbolistas no se atreven a regresar a Irak. Temen ser asesinados: los unos por los unos, los otros por los otros y el resto por los de más allá.
Esa realidad, por injustificable y espantosa que la consideremos –y con razón–, tiene un sentido difícil de eludir: no siendo Irak realmente una nación, no resulta fácil que produzca una selección nacional. Cualquier persona medianamente informada sabe que el Estado iraquí fue una creación perversa de las potencias coloniales en retirada, que concentraron su esfuerzo en dejar la región sembrada de estados tan heteróclitos, tan abigarrados, tan íntimamente contradictorios, que se vieran en la imposibilidad de unirse para cualquier misión superior que pudiera contrariar los intereses de las ex metrópolis.
De todos modos, y hecha la salvedad de las condiciones tan especiales del fútbol nacional iraquí, lo suyo no deja de estar emparentado –levemente emparentado, pero emparentado– con otros absurdos derivados de los patriotismos o antipatriotismos deportivos y, más en general, de los sectarismos que toman el deporte por bandera, de uno u otro modo.
Pongo algunos ejemplos tomados de nuestro propio entorno, y que cada cual se los tome como quiera (pero dándoles un par de vueltas mentales antes de desdeñarlos, si es posible).
Ejemplo primero: aquí hay gente de mucho fuste mediático que es capaz de discutir largo y tendido sobre si los jugadores de la selección de la Federación Española de Fútbol (entidad que, si no me equivoco, es de derecho privado) lucen con mayor o menor donaire la enseña rojigualda… ¡en el borde de sus medias! Lo que implica, obviamente, una valoración crítica de su mayor o menor grado de españolidad. La cuestión es determinar –dicen– “si sienten los colores”.
Siguiente asunto: éste es un país en el que la lucha entre chiíes y suníes se expresa en que si un equipo de suníes juega en un campo de chiíes, los seguidores de los primeros les gritan en tono evidentemente beligerante: “¡España, España!”. Es también un país en el que la megafonía de un estadio demuestra que sus dueños han decidido que un jugador no puede llamarse Oleguer, nombre catalán, razón por la cual lo presentan como “Olegario”, en recio castellano. Y que la Constitución diga sobre las lenguas lo que le dé la gana.
Tercer asunto: vivimos en una colectividad que sólo se interesa por unas u otras prácticas deportivas si hay alguno de la aldea (más o menos amplia) que triunfa en ellas. Lo que explica que durante decenios nadie prestara por estos lares ninguna atención a las carreras de motos de elevada cilindrada, ni a las competiciones de Fórmula 1, y que de golpe y porrazo haya millones de nacionales apasionados por las unas y por las otras, y capaces de discutir sobre neumáticos de agua o de seco hasta la saciedad. Algunos deportes, tales como el golf y el tenis, experimentan oscilaciones espectaculares en la atención general según haya un Ballesteros, un García, una Arantxa o un Nadal que están en la cumbre o bien la cima de tales especialidades se quede desierta de coterráneos de éstos que con tanta frecuencia fijan su residencia en un paraíso fiscal, no vaya a ser que su dinero sirva para que se costee un asilo o una guardería en España.
¿Cómo se llama todo eso? Podría muy bien calificarse de patriotería cutre.
O, directamente, de papanatismo.
Suele decirse que las competiciones deportivas son un modo de sublimar las pulsiones bélicas de tribu, secta o nación. Tal vez deberíamos plantearnos cómo conseguir que no hubiera pulsiones bélicas de ese género.
Competición limpia, sin trastiendas tribales, sin rencores históricos. Rivalidad -incluso amistosa- entre personas, sin más.
@kerlon
Pues sí, en cuanto veo alguna excusa para mantener el espíritu del juego, la subrayo.
@calígula
Yo tampoco conozco a fondo el problema iraquí, pero me parece de un mérito enorme y de una aprovechabilidad que no disfrutaremos.
@la quinta del buitre
Gracias! El fútbol magrebí es uno de los grandes olvidados aquí en Europa, con lo cerquita que lo tenemos! Seguro que estarías a gusto en Cabo de Gata, te podría haber recomendado alguna visita obligada.
@anónimo
Pues gracias por la crítica, que siempre enriquece.
@ignasevich
Otros ejemplos de la fuerza de este juego.
Me pasaré por el blog, pero espero que actualices, jeje!
@meter
La verdad es que no conozco a fondo los pormenores de la creación del Estado iraquí, por lo que poco te puedo aportar o rebatir, y tampoco le doy importancia en el post.
Sobre tu réplica, decirte que, en primer lugar, es normal que para formar un combinado nacional iraquí se hayan vivido peripecias de lo más diversas y problemas de lo más trágico: es un país ocupado, en guerra permanente, sin gobierno estable, sin dinero en poder del ciudadano de a pie, con decenas de juertos y de atentados semanales, ...
Sobre el tema del patriotismo, puedo darte mi personal punto de vista, aunque matizando que el espíritu del post y la idea del mismo eran otros.
Yo creo que el fútbol, como juego, es incluso anterior a la cultura, y ha sido ésta la que ha heredado la necesidad de sentirse identificado como miembro de un grupo frente a los demás.
Salvo para los técnicos, los profesionales y los "puristas" de boquilla, el fútbol y el resto de juegos carecerían de sentido si uno no encuentra valores, símbolos o ideas que lo representen, y poder enfrentarlos con los de los demás en pacífica lid.
Los torneos de selecciones nacionales encierran el orgullo patriótico y la pertenencia a un país frente a los demás, y la gran fiesta cuatrienal del Mundial lo demuestra.
Le podríamos seguir dando vueltas, pero repito que mi post no giraba en torno a nada de esto. Sólo añadir que coincido contigo en muchas formas de papanatismo nacionalista, pero en muchso casos, es lo que hay.
Saludos!
Felicitaciones.
El Hacha nos recuerda.
Irak alegró a sus habitantes durante unas breves horas. La victoria tiene mucho mérido dado las circunstancias que vive su país.
Lo de Irak es un hecho histórico. Y pensar q nadie le dio importancia a la Copa de Asia.
Ahora uno espera q se acabe la guerra de una vez por todas.
Que haces piter! tanto tiempo querido! cuando me entere que Irak salio campeon, hubo una explosion de felicidad dentro mio. Desde ese dia quiero ser iraki.
Saludos Piter! un besito de Paco!
@calígula
Ya lo vi, te felicito a ti también, un honor.
@novacd
Gracias! En cuanto acaben mis problemas de conexión y pueda acceder con más tranquilidad te enlazo en un momento.
@fernando, jorge
Totalmente de acuerdo con lo que decís, en especial con que se acabe la guerra de una vez por todas.
@paco casal
Capo! Qué sorpresa y qué alegría su retorno! Gracias por volver por aquí, esto no ha sido igual sin vos!
Saludos!
Muy bueno la verdad, bien enfocado, Iraq ya nos dejó buenas impresiones en los pasados Juegos Olímpicos de Atenas en la que cosechó un meritorio tercer puesto a las puertas del bronce. Jugadores como Abbas, Akram, Hawar Mohammed, Mahmoud o Salih se tendrían que seguir porque no pintan nada mal.
Salu2
El futbol no es una cuestion de vida o muerte, es mucho mas que eso...una vez mas se vuelve a demostrar. Me alegro por lo que ha conseguido Irak, necesitan alegrías como esta, aunque es tristisimo las muertes que ha habido, no conocía el dato.
Estaba bastante desconectado, desde hoy vuelvo de mis vacaciones.
Un saludo maestro
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