lunes, julio 09, 2007

El sombrerero.



Entre un hombre consciente de un error y uno arrepentido de corazón hay casi la misma distancia que entre un soltero feo y un sacerdote: la conciencia tranquila. Porque saberse en un aprieto no es lo mismo que mirarlo de cara y asumir las consecuencias, aprendiendo para un futuro una lección impagable.


En el camino que separa el descanso de la contrición debería hallarse la conciencia de Ronaldinho, ejercitando su abdomen y su sonrisa en pos de la paz tranquilizadora, porque se ha equivocado de medio a medio y, en el proceso, ha arrastrado la ilusión de miles de personas y ha minado la postrada admiración del fútbol hacia él. Como a las personas de quienes esperamos las mejores alegrías perdonamos antes las peores lágrimas, el Barça en particular y el fútbol en general han montado un confesionario de campaña y aguardan al astro con las exigencias claras.




En el fondo, recuerda el momento a la célebre fábula de Félix María de Samaniego sobre un penitente sombrerero:

A los pies de un devoto franciscano acudió un penitente:
—Diga hermano,¿qué oficio tiene?
—Padre, sombrerero.
—¿Y qué estado? —Soltero.
—¿Y cual es su pecado dominante?—Visitar a una moza.
—¿Con frecuencia?—Padre mío, bastante.—
-¿Cada mes? —Mucho más. —¿Cada semana?—Aun todavía más. —¿La cuotidiana?—Hago dos mil propósitos sinceros...
—Pero dígame hermano, claramente:¿Dos veces al día? —Justamente.
—¿Pues cuándo diablos hace los sombreros?




Ronaldinho era feliz jugando al fútbol, triunfando, trabajando y levantando títulos colectivos e individuales como quien saluda a un amigo. Acaso lo más importante es que era capaz de hacer felices a la vez a muchas personas y de arrastrar a miles de almas al campo o al televisor cada pocos días persiguiendo con la boca abierta su trasero respingón y sus malabares al viento.
El aficionado azulgrana tenía el corazón contento y los demás alegrábamos nuestra retina futbolística.




Ahora ha incurrido en un pecado dominante: la vida dispersa y contemplativa. Se revuelve entre las sábanas, se desliza por discotecas o se distrae con la comida. O todo a la vez, lo mismo da.
El Barça necesita su figura, el socio su sonrisa y el fútbol su regreso como excusa creíble frente a los agoreros del momento: este juego no puede tornarse aburrido.


Con la admiración de un devoto y la paciencia de un franciscano : Ronaldinho, ¿cuándo diablos vas a jugar otra vez al fútbol?
Casi siempre, el sentido común es la más efectiva de las críticas.
Fotos. Deportista Digital.

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9 Comments:

At 7:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me quedo con una frase que dices tú aquí, que creo que resume lo que todo el mundo puede sentir en este caso por Ronie.

"El Barça necesita su figura, el socio su sonrisa y el fútbol su regreso..." GRAN FRASE ;-)

Ojala vuelva de las vacaciones en forma y alegre ... cuando
Ronaldinho rie el Barça es otra cosa. Ojala Frank Rikjaard tenga que volver a decir eso que soltó en un entrenamiento "esto parece una guardería" (lo dijo de buenas no en plan broncas) y es que cuando todo era buen rollo los entrenos del Barça daban gusto verlos, y el capitán del buen humor era el crack, el 10 blaugrana. Los amantes del fútbol esperaremos su vuelta.

Un beso maco.

 
At 11:34 p. m., Blogger Kerlon said...

Fantástico artículo amigo. Yo creo que Ronaldinho no ha sabido controlar la fama y como a muchísimas estrellas se le ha ido de las manos. No veo en él la ilusión que tenía hace un par de años, y eso no se debe de perder nunca. También creo que ya en su momento puso el listón muy muy alto y que el ritmo que impuso le ha podido debilitar fisicamente. Como un aficionado al fútbol espero que vuelva a ser el de siempre.
Saludos!

 
At 1:06 p. m., Blogger zaragocista said...

Increible lo tuyo. Vaya ejercicio de sinceridad, y encima aciertas en tu lectura.

Lo peor de todo es que los que le pertenecen (el Barsa) quiere engañar a su masa social diciendo que el chico no pierde su cuidado por lo que le gusta, cuando todos sabemos que Ronaldinho ha estado potenciando la vagancia este ultimo año.


Saludos.

 
At 5:03 p. m., Blogger Pablo Malagón said...

Como siempre, sentando cátedra con tus geniales comentarios.

Le suele pasar a muchos deportistas que pierden la ilusión por competir ¿Cuándo las vitrinas y los bolsillos están llenos qué otras motivaciones quedan? Tú lo has citado a la perfección: la conciencia y el aficionado. De ellos debe vivir todo buen futbolista.

 
At 5:59 p. m., Blogger piterino said...

@silvia

Pues sí, su regreso significará que vuelva su sonrisa, y es vital para vosotros.
Gracias, un beso.

@kerlon

Gracias! Esto demuestra una vez más que hay que trabajar y sufrir, si no, ni el mayor de los talentos puede brillar en alta competición.

@zaragocista

Muchas gracias! Sí, Ronaldinho ha potenciado la vagancia, como tú dices, y los responsables del club se lo han consentido.

@pablo

Es triste que tenga que venir el fracaso y la desilusión para que regrese la motivación, pero en ocasiones es así con determinadas personas. Veremos este año ...

Saludos a tod@s!

 
At 10:38 p. m., Blogger Marco said...

Le podremos perdonar a Ronaldinho cierta dosis de irregularidad???

Saludos de Buenos Aires!!!

 
At 12:42 p. m., Blogger hoeman said...

De nuevo genial el diálogo que introduces para hacer un paralelismo de la situación de Ronaldinho. Como ya sabes, el brasileño no es santo de mi devoción y así lo hecho saber aún en sus mejores momentos, no me parece "trigo limpio".

 
At 6:57 p. m., Blogger Landon Donovan said...

No se puede añadir nada, post perfecto, esa decadencia se veía venir (o unos pocos la veíamos, entre los que me incluyo) y me harté de decirlo frente a los que decían que el brasileño se merendaba al abuelete (Zidane) ... para llegar a compararlo con el abuelete hace falta mucho ... empezando por la actitud.


Salu2

 
At 10:36 a. m., Blogger Alvaro said...

Pienso que Ronaldinho ya conquistó lo que tenía que conquistar, es decir, todo o casi todo: Mundial, Champions, Ligas, Balón de Oro, Confederaciones...
Me ha gustado el "chiste" jajaja.
Ya he regresado de mis vacaciones.

Saludos Pedro.

 

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