miércoles, septiembre 13, 2006

Fiesta de conformación.


La Liga de Campeones echó anoche a andar (rondas previas aparte) con su despliegue de medios técnicos, propagandísticos y publicitarios; con su liturgia intersemanal, su melodía coral y sus novedosos duendecillos maquillados.
Buena parte de lo que nos ofrecerá, en términos generales, lo vislumbramos apenas: la regulación de esfuerzos de algún grande la demostró el Chelsea; el espectáculo, no podía ser otro, el Barcelona; la competición pura y dura el Bayern, y contrastar los millones invertidos sobre el verde de los campos europeos el Inter. Bueno, lo cierto es que Benítez nos enseñó una nueva alineación rebuscada con la que sorprendernos en partidos clave. Me extraña que no se pueda apostar a quién pondrá Rafa de extremo derecho en cada partido, por ejemplo, o si alineará de inicio o no a Gerrard, porque habría millonarios semanales.

No cabe duda de que se trata del torneo más prestigioso y mediático del mundo, y nos podríamos preguntar el porqué. Su nivel es muy elevado, pero año a año comprobamos que sobrarían equipos si quisiéramos juntar de verdad a los 32 grandes de Europa. Tiene todas las ventajas de la competición dividida en dos fases intermitentes, con el excitante riesgo añadido de que una mala noche te despide hasta el año siguiente. Pero ese riesgo y esa excitación nos la proporciona también nuestra querida y devaluada Copa del Rey.
Así que el gran interés de la Champions debe residir en todos los motivos anteriores, junto con el decisivo de ver en el mismo cartel una constelación magmática de las estrellas más rutilantes del mundo.

Nadie sabe cuándo el fútbol dejó de ser un deporte romántico y principalmente de representatividad geográfica para convertise en una máquina imparable de mover cantidades ingentes de dinero; pero, desde ese momento, en sus mismas entrañas se generó un debate existencial en el que sobreviven como pueden todas las formas conocidas de participar en el negocio, aunque todos sabemos quiénes van ganando. Es la recurrida dicotomía fútbol clásico- fútbol moderno o, lo que es lo mismo, deporte puro- negocio preponderante.

Si termina venciendo el negocio, lo lógico (y rentable) sería dar un paso más en la construcción que se inició con el actual formato competitivo e instaurar una especie de NBA del fútbol europeo, donde midieran fuerzas los más grandes del continente, donde todos esos "grandes" tuviesen que ganar a los demás y donde cada semana disfrutásemos de varios duelos históricos. Ganarían las televisiones, los patrocinadores y la gente del fútbol. ¿Y los aficionados? Quizá sólo pensando en millones de ellos sobrevivan aún las competiciones domésticas.

La Liga de Campeones parece ser, para muchos, un paso previo a la NBA europea. Su virtud es que contenta en parte a todos, tradicionales y modernos, y parece decepcionar del todo a muchos. Aunque parezca una conformación en toda regla, es la gran fiesta del fútbol europeo y todos nos disponemos a disfrutarla. Quien no tenga un preferido, que se compre uno. El espectáculo sin pasión es mucho menos.


Foto: www.sport.es

6 Comments:

At 7:11 p. m., Blogger Csai D. said...

La transformación del fútbol en un negocio tan productivo es la razón de supervivencia de un deporte que mueve masas. Era cuestión de tiempo que se implementara el 'know-how' gringo en el fútbol, en particular en la Liga de Campeones.

Llegará el día también en el que se establezcan topes salariales, probablemente tras una huelga masiva de jugadores.

En el campo estrictamente deportivo, de los 32 equipos que participan, en esta jornada inaugural al que más atención le quiero poner es al Real Madrid, para medir de una vez por todas la madera del proyecto Capello.

 
At 10:20 p. m., Blogger hoeman said...

No veo yo lo de un modelo similar a la NBA. Es un sistema totalmente distinto, en el fútbol hay muchísimos más equipos y se pagan traspasos. Mientras en la NBA las plantillas se hacen en base al tope salarial y los traspasos suelen ser intercambios.

Además, bajo mi punto de vista, parecerse a la NBA sería un paso atrás, ver un partido de NBA es muy aburrido.

 
At 12:09 a. m., Blogger piterino said...

Pues fíjate que yo lo veo un poco cmo Csai d. No tanto una transformación tal cual a una NBA, pero sí una aproximación estructural. No habo tanto del modelo de competición, a mí me parece aburrido también, pero a los seguidores de la NBA supongo que no.

Hay que pensar que a las TV les saldría mucho más rentable tener cada semana un Milan- Liverpool, Barça- Bayern o Madrid- Chelsea, una especie de Liga Europea absoluta y de verdad. Pero es una opinión, proyectada muy hacia el futuro, que además va contra mis deseos, prque mi querido Athletic en esa tesitura...

 
At 2:32 p. m., Blogger Javi Martín said...

a mi es ek la nba no me gusta, asi ke....no me gustaria un torneo de esa guisa

saludos.

 
At 5:19 p. m., Blogger piterino said...

Creo que sigo sin explicarme del todo bien. No me refiero a calcar la NBA como tal, sino en cuanto a su concepto de Liga privada, y a modo de una Primera División, con 18-20 equipos, de septiembre a junio. Una Liga todos contra todos, grandes contra grandes. Los románticos de las competiciones tradicionales nos oponemos, pero sigo creyendo que el fútbol europeo está abocado a esto. Saludos!

 
At 6:59 p. m., Blogger Paco Casal said...

NBA europeo? para eso hay que contratar a Shaquille O'Neall! jejeje!

Bueno, sinceramente queria opinar que...Real Madrid se va descalificado en la primera ronda, ya esta dicho, y todo gracias a "soy un amargo" Capello.

 

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