Dilemas y claustrofobia.
Lippi tiene un dilema. Conoce perfectamente la tradición futbolística italiana, sabe cuál el la idetidad histórica de su país, en la que se han cimentado todos sus éxitos. Pero echa un vistazo a su vestuario y se siente tentado a hacer una apuesta distinta y arriesgada: darle la manija a Pirlo, colocarle a modo de escolta dos interiores llegadores y otorgar plena libertad al recuperado Totti con dos delanteros por delante. Salvo lo de los interiores llegadores (cuando se recupere Gattuso, nadie duda de la titularidad de Rino), parece que lo lógico es hacer esa segunda apuesta, con el referente cercano del Milan como espejo de triunfos y buen juego.
Lo segundo siempre ha sido subjetivo y secundario en Italia, pero lo primero no. Anoche se demostró que la memoria histórica suele prevalecer sobre las ilusiones futuras cuando las cosas se complican, e Italia, después de amagar en una primera parte dinámica, buscando trenzar las jugadas y definir un último pase de primeras, tiró de manual cuando comprobó que la velocidad y la potencia de los ghaneses podía poner en peligro "lo primero": el triunfo.
En alguna parte entre el rombo del Milan y el rígido manual histórico de los italianos debe encontrarse en estos momentos Lippi.
Hablar, a estas alturas de la película, de cómo defienden los italianos y del nivel de sus zagueros puede que no llame ya la atención. Pero tal vez sí la llame fijarnos en sus delanteros.
El carácter y el estilo de los delanteros italianos está marcado por la propia filosofía de su fútbol. Como los equipos son muy cortos, los espacios son reducidísimos y el tiempo se convierte en una magnitud decisiva: entre el control y la decisión definitiva cerca del área (lo que llamamos tiempo de reacción) tiene que haber milésimas de segundo.
En ese entorno agobiante y claustrofóbico sobreviven los goleadores italianos. Por eso, los "nueves" puros son tan fácilmente reconocibles: disparan en uno o, a lo sumo, dos toques. No dan ni uno más. Porque no pueden. Cuando dan más de dos toques es porque están lejos del área y tocan la pelota con otros menesteres (caer a banda, bajar a apoyar, ...).
Comparen el estilo y la mayoría de goles de Luca Toni, de Vieri, de Pippo Inzaghi. Hasta el propio Trezeguet se ha "italianizado" en este sentido, y de aquel delantero que basculaba en el Mónaco, que caía al costado, que buscaba alguna jugada individual, sólo queda el recuerdo. Sabe David que sólo así sobrevives en las áreas del Calcio.
Foto: Reuters
2 Comments:
A mí también me sorprendió porque hubo alguna vez, sobre todo en la primera parte, que llegaron los ghaneses con demasiada facilidad y Cannavaro al más puro "estilo Puyol" apagando fuegos...
Gracias a ti.
Bueno, bueno a mi me gustó mucho el estilo de la primera parte; pero como tu dices la cabra siempre tira al monte. Ya sabes que a mi no me va mucho el fútbol italiano, les vi ayer como no, y he de decir que tiene srazón en lo que hablas de los delanteros, cierto como cambia un delantero después de pasar por Italia.
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