martes, enero 20, 2009

Los colores líquidos.

Leí hace algún tiempo "Amor líquido", un libro del sociólogo y pensador polaco Zygmunt Bauman en el que sigue desgranando su teoría de la "modernidad líquida" a la que hemos llegado a través de una evolución que ha terminado con los valores "sólidos" de la sociedad: la familia, la fidelidad, el respeto, el mérito y el esfuerzo, ... Se caracterizan así por su carácter permanente e inestable frente al líquido, voluble y engañoso, que cambia de forma en función del recipiente que le acoge.

En el fondo, es lo mismo que hemos hablado aquí tantas veces: la muerte de los valores, el fin justifica los medios, la famosa frase de Marx (Groucho, por cierto) acerca de que éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros ... Otros para ganar más, para llegar más rápido, para utilizar a quien haga falta.

Bauman enlaza todo esto en el libro con las relaciones humanas afectivas y es aquí donde entronca su pensamiento con el mundo del fútbol, a través de la estrecha relación de éste con la sociedad en la que toma forma.


Pocas entidades son tan delicadas de gestionar como un equipo de fútbol, pues ha de encontrar acomodo en algún lugar a medio camino entre la evolución mercantilista y la propia naturaleza de un juego que sigue enfrentando símbolos y colores que representan a miles de personas identificadas con el pasado y presente de los mismos, y que no sólo exigen resultados, sino también respeto a la identidad y valores del club. Esto mueve mucho dinero y la dirección financiera es vital, no cabe duda. Pero al fútbol no se juega con chaqueta y corbata y la gente que va al campo no entiende de capitalización bursátil o análisis DAFO. Muchas veces, las cuentas del club dependen de los resultados, y éstos a su vez de imponderables que no se pueden formular por escrito porque dependen del carácter salvaje y aleatorio de un juego que tiene sus propias leyes físicas y condiciones de equilibrio desde hace siglos.


Quienes se muestran tan guardianes de lo clásico que pierden competitividad en lo moderno sufren, como el Athletic; los que olvidan lo que fueron porque ahora son sociedad anónima mueren, como la Real Sociedad; y aquéllos que ofrecen resultados a costa de violar sus señas de identidad ven rodar sus cabezas visibles, como el Real Madrid.

Pero no interesan aquí los casos conocidos, sino los de incierto desenlace, como el del Atlético de Madrid.


Tengo al Atlético por un equipo enorme por su historia y su base social, pero muy pequeño en cuanto a ideas claras y amplitud de miras. El proceso suele ser el siguiente: se colocan un listón lo suficientemente alto como para que su trabajo y categoría les impidan alcanzarlo y después se refugian en su propia desdicha como si fuera una condena inapelable e inherente a su naturaleza (“somos el Pupas”, “Papá, por qué somos del Atleti”) . Después de una crisis profunda, que les llevó a Segunda, se han empeñado en saltar los escalones de tres en tres partiendo de abajo cada año, y ya hasta se acostumbran a volver al punto de partida con los morros colorados.


Nos enseñan a cada instante quiénes fueron, pero no lo que les permitió llegar a ser así. Un grande de España se mire por donde se mire que olvidó sus valores futbolísticos hasta el punto de no recordarlos con exactitud, su condición de equipo fidelizado y popular hasta convertirse en algo vulgar objeto de chifla, y hasta los valores morales, hasta el punto de quedar en manos de unos tipos condenados en firme por apropiación indebida de un club que ya no se sabe bien a quién pertenece.


Volviendo al pensamiento de Bauman, hay algo de cambio postmoderno en la situación actual del Atlético de Madrid. No quedan ya fundamentos sólidos a los que agarrarse, ni siquiera la que ha sido casa de todos y refugio vivo de los recuerdos pasados, vendida sin que nadie entienda los motivos. No se encuentra un atisbo de identidad rojiblanca en el vestuario desde la marcha de Fernando Torres y la marginación de la cantera; nadie conoce en primera persona la historia del Atlético, por qué fue grande un día o quiénes fueron Luis, Collar, Adelardo o Escudero; nadie impregna a los compañeros de un sentimiento vivido y recibido desde niño. Tampoco hay una clara identidad en una masa social siempre fiel y sufridora, pero que parece más empeñada en vociferar que en decir algo, poco a poco alejada de un equipo irreconocible cuyo líder y esperanza es un jovencito argentino que ha debido tomar al Atlético por un mero trampolín desde el que alcanzar los sueños de grandeza que le susurra un suegro tan como peligroso.


Un club que no es el que era, unas gentes sin esperanza porque no tienen dónde resguardarse a soñar despiertos por su Atleti, unos valores tan perdidos que quizá sea obligado empezar a buscar unos nuevos; la liquidez de un fluido rojo y blanco derramado por un suelo de tarima flotante. Sin hoy ni mañana, el tiempo y la modernidad se detienen en una sociedad como la del Atlético de Madrid, que empieza a ser gaseosa.


Despistaos- El silencio

Foto: www.colchonero.com

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12 Comments:

At 7:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

El At.Madrid día a día se acaba. Los actuales dirigentes están destrozando al club hasta límites insospechados. Se están perdiendo los valores de siempre que bien citas. Vivimos la peor época de nuestra historia, pero muchos no se dan cuenta o viven en el estado de la inopia permanente.

gran post, Pedro.

un abrazo.

 
At 8:04 p. m., Blogger Rubén said...

Yo siempre he dicho que para que el Atlético, sus aficionados, puedan decir que son un equipo grande, tienen que aceptar que ahora no lo son. Pensar como un grande siendo un club mediano, trae consigo los desajustes y las desilusiones cuando los éxitos utópicos no llegan.

El Atlético quiere vivir como un equipo habituado al éxito cuando en 12 años no han sido capaces de ganar nada. A día de hoy creo que ocupan la posición que merecen (el club, no su afición). Para mí, ahora, todos los equipos que están en la tabla por delante de ellos son superiores.

Saludos!

 
At 11:08 p. m., Blogger miguel diaz said...

Perfectamente relatado y estupendamente escrito. enhorabuena, magnífico articulo.

un abrazo. miguel

 
At 11:36 p. m., Blogger No, gracia a vo´ said...

Como hincha del Atlético comparto el maravilloso post que has realizado Pedro! Se han perdido los valores y lo que es peor, como bien dices, se ha perdido conocimiento de nuestra historia y grandeza. No tenemos una identidad marcada y para colmo la gente se resigna y no se mueve por tratar de cambiar algo. Es decepcionante!
Concuerdo mucho con fernando en ese sentido!

Un saludo!!

Migue

 
At 5:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Impresionante tu exposición, una vez más enhorabuena.

Yo lo del Atlético lo veo desde fuera y no acabo de entenderlo, no se si se han perdido sólo los valores o más cosas. Hace mucho que me pregunto que teniendo la delantera que tienen por qué no fichan a un tio con clase de primera fila para que les de los pases? Se podrían hinchar a goles ... y así algunos casos más. No sé supongo que la falta de dinero, de organización y la incompetencia de los que mandan tendrá mucho que ver en este caso, pero como siempre digo desde fuera nunca sabremos la verdad de manera exacta.

Para mí el Atlético es un grande de nuestra Liga aunque en estos momentos muchas veces nos lo hacen dudar.

Un beso

 
At 6:48 p. m., Blogger alexyn said...

El Atletico vive en una situacion liquida en una posible fractura del futbol, los grandes equipos se estan expandiendo como el gas, mueven grandes sumas de capital, de fama compiten y tienen personalidad.
Con el atletico no sabes si finalmente llegara a ese escalon, o se quedara en un equipo mediocre, la identidad en el futbol es fundamental.

PD.Creo que esta vez es la primera vez que te escribo, felicidades por el blog

 
At 7:40 p. m., Blogger piterino said...

@fernando

Bueno, yo no sería tan apocalíptico, sino más esperanzado. Es cierto que las cosas no van bien desde hace algún tiempo, pero con la actitud que tú mantienes volveréis más pronto que tarde.

@rubén

Estoy de acuerdo, se crece paso a paso, no a trompicones, y sólo la calma precede a la intensidad. Valgan estas frases hechas para que se tomen las cosas con un poco más de calma.

@miguel díaz

Gracias! Porque además creo que lo que el post necesita es complementarse con opiniones de atléticos de verdad como vosotros.

@no gracia a vo

Como aficionado del Athletic, vivo convencido de que respetar las señas de identidad es la única forma de sobrevivir a largo plazo sin lamentar las pérdidas sufridas por el camino.

@silvi

Gracias! Pues sí, son temas más técnicos o estrictamente futbolísticos los que mencionas como ejemplo, pero sirven para demostrar que lo que reina allí es el desajuste entre lo que quieren ser y el camino para conseguirlo, sobre todo porque siguen olvidando los necesarios pasos previos.

@alexyn

Pues gracias por pasarte y por tus palabras. Siguiendo el pensamiento de Bauman, el fútbol es uno de los ejemplos más palpables de todo ello que se me ocurren.
De todos modos, yo sí creo que, antes o después, el Atlético subirá esos escallones y volverá a hacer honor a su grandeza, porque su gente sigue ahí, y ellos son los verdaderos dueños del club y su sentimiento.

Un saludo a tod@s y muchas gracias.

 
At 11:54 p. m., Blogger Luisi said...

Muy buen post Piterino...

Apuntar dos cosas que me parecen interesantes:

1. El anuncio de "Papá, ¿porqué somos del Atléti?", como el de este año, que tanto suele gustar entre la masa social roijblanca, es un autoengaño, y no hace más que perjudicar al Atlético de Madrid. Suena a resignación. Y un club no tiene que vender lástima o un destino contra el que no pueden luchar.

2. La frase "nadie conoce... quiénes fueron Luis, Collar, Adelardo o Escudero", la podríamos a plicar a casi cualquier equipo. En el Real Madrid, por ejemplo, he de reconocer que un día me sorprendió un tal Michael Owen hablando en su presentación de Paco Gento... pero dudo mucho que Metzelder sepa quien fue Pirri, que Marcelo sepa quien fue Gordillo o que Van der Vaart sepa quien fue Martín Vázquez.

Los talentos de hoy, grandes futbolistas del mañana, sólo saben jugar a la "plei esteision".

 
At 11:53 p. m., Blogger Marco said...

Enorme post Pedro! Llegas a lugares muy concisos y difíciles de plasmar.

Sobre el posmodernismo un libro mas que interesante es el de Fredrick Jameson.

Un abrazo!

 
At 11:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estimado amigo Pedro:

Como siempre, impresionante, y cada día lo haces mejor. Muchas felicidades por este artículo. Me ha gustado mucho.

Un grande que ha intentado serlo más, pero por otros caminos desconocidos y viles, que justamente han conseguido lo contrario.

Un abrazo estimado amigo.

Elías Alonso Aparicio

P.D.: Tienes mi espacio abandonado de sabiduría Piterina xDDD

 
At 2:32 a. m., Blogger ARO GERALDES said...

Pedro, la convicción de un camino a seguir no garantiza la llegada a una meta (las ansias de caminar tampoco las necesitan) pero cuando no se sabe adónde se va uno nunca puede perderse, porque ya está perdido antes de empezar.
Es irresistible la tentación de buscar paralelos argentinos. Pienso en Racing y su pasada grandeza, pero ellos ya no se ponen el listón alto. Pienso en Independiente, pero creo que aún conservan con orgullo ese razgo de indentidad que es el respeto por el buen fútbol...
Y no lo encuentro. Y tampoco entiendo al Atlético de Madrid. En cada inicio de temporada le deseo lo mejor, pero se empecina en destruir aquello en que, creo, ni siquiera están convencidos.
¿A quién silban? ¿A Aguirre? No creo que sea el "culpable". Es un desperdicio ver esa dupla exquisita que foran Agüero y Forlán en un equipo que claudica desde adentro.
Un gran abrazo, es un placer leer cada uno de tus escritos...

Pablo

 
At 8:25 p. m., Blogger Pablo Malagón said...

Pedro.
Me hubiese gustado poder leer este post mucho antes para poder aplaudirlo en su debido momento. Aún así, como atlético me postro ante tí.
Dificilmente se puede explicar la situación de un club con tan pocas palabras.
En cuanto a la grandeza, y esto también lo digo por Rubén, por quien siento un respeto enorme, para mí es un concepto que va más allá de los resultados. Es cierto que deportivamente somos algo muy chiquito, pero institucionalmente seguimos siendo muy grandes (y no me refiero a quienes manejan el club), de la misma manera que sigo considerando grandes clubes a equipos como Athletic o Real Sociedad, por citar los dos que has mencionado en el texto.
El problema es que hace tiempo que nadie es capaz de encontrar a los futbolistas que de verdad sean capaces de vestir la camiseta del Atleti, que, como tú has dicho, sepan lo que significa. No puede ser que el año que se subió a segunda, se regalase a Casquero al Sevilla y desde entonces hayan gastado miles de millones en tipos sin identificación ni clase como Albertini, Emerson, Sosa o Maniche. Que se regale a Mané al Almería el mismo año que se ficha a Pernía. Que nadie sepa mirar tras la puerta y hacer pasar a quien realmente pueda jugar en el equipo. Que se haga capitán a un chico con 18 años y no encuentre una sola referencia a la que agarrarse, pensar que un argentino imberbe será capaz de hacerle campeón sin ponerle alrededor un grupo capaz de jugar al fútbol. Que se siga celebrando estar por encima del Madrid aunque se esté a doce o quince puntos de la cabeza.
Yo, por mi parte, no pido que el Atleti gane partidos, yo, lo único que quiero es que el Atleti empieze a jugar bien al fútbol. A raíz de ahí, los resultados irán llegando.

Siento haberme extendido.

Un abrazo, maestro.

 

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