martes, mayo 02, 2006

Puñetazo en la mesa..... redonda.

Dicen los más puristas de esto que los títulos se han de ganar a lo grande; esto es, con demostración de flagrante superioridad, disfrutando y haciendo disfrutar a la vez que se saborea el éxito. La verdad es que a veces no viene mal tomar un poco de distancia con el "purismo" futbolístico, aunque sólo sea por admirar las virtudes de lo práctico y no caer en construcciones que tienen que ver más con la estética.

De cualquier forma, y para mantener contentos a los prácticos y a los estéticos, el Chelsea consiguió su segunda Premier consecutiva (y sólo tercera de su historia, que nadie lo olvide) pasando por encima de su único perseguidor cualificado, el Manchester United, en el partido decisivo del campeonato. Un rotundo tres a cero iluminaba Stamford Bridge y demostraba que sí existe distancia perceptible (incluso de lejos) entre unos y otros, por mucho que los números del United las dos últimas temporadas hayan sido fabulosos (que lo son).

Mourinho volvió a la receta tradicional y recuperó su esquema 4-3-3 (que evoluciona a un 4-5-1 sin balón), devolviendo al equipo la amplitud por fuera y liberando espacio por el centro para el trabajo de Makelele, la fuerza de Essien y las llegadas de Lampard. Cuando los ingredientes de presión, demostración física y aprovechamiento de las segundas jugadas se añaden en cantidades adecuadas, el rival tiene pocas opciones de discutirle nada a Mou y su Chelsea.

Es llamativo cómo estaban esperando al portugués y a sus secuaces sus enemigos en las Islas; habían perdido la vitola de "intocables" en algunos partidos de la Premier y el Barcelona había demostrado que era muy superior a los "blues". Así, se organizó en Inglaterra una mesa redonda a la que concurrieron todos (rivales, periodistas, aficionados, ....) para debatir sobre las miserias de este equipo millonario y arrogante y deliberar quién iba a suceder en el trono futuro al dictador de acento portugués y billetera rusa. Pero nadie contaba con la enérgica reacción del Chelsea, que ha aplazado de un plumazo, al menos hasta la próxima temporada, cualquier debate sobre el particular.

Así pues, los estéticos sonríen porque acaban de ver la incontestable e impecable forma de terminar con una conspiración; los prácticos se regocijan ante el violento puñetazo de Mourinho y los que lo observamos con cierta distancia seguimos convencidos de que, por lo menos a día de hoy, nadie se acerca lo suficiente al Chelsea para discutirle el torneo de la regularidad. Se levanta la sesión.

1 Comments:

At 5:21 p. m., Blogger Chapu_Nocioni said...

La verdad es que fue un golpe de autoridad como tu dices. Ganó a su máximo perseguidor 3-0 y dejó claro que aún están ahí y que no se han olvidado de ganar, a ver a quien fichan el año que viene.

 

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