miércoles, abril 19, 2006

Ronaldinho se llevó las tenazas.


Dominó la pizarra la primera parte. Fueron 45 minutos poco vistosos para el aficionado de a pie, pero seguro que apasionantes para los fanáticos de la táctica y los movimientos diseñados. El miedo a encajar un gol que podía ser decisivo atenazó a Milan y Barcelona, que ofrecieron un primer tiempo a un ritmo mucho menor del esperado.
Los "rossoneri" sólo rompieron a jugar durante cinco minutos, con dos claras llegadas consecutivas aunque alejadas del perfil clásico milanista de triangulaciones y apoyos cortos. Y todo porque Kaká no aparecía en el partido y Pirlo mucho menos aún.
Por su parte, el Barça adelantó su defensa para "aplastar" el rombo de Ancelotti a sabiendas de que no jugaba Inzaghi, que siempre vive cómodo al límite del bien y del mal. La baja de Deco se dejó notar y Ronaldinho estuvo escondido y frenado por un impetuoso Gattuso.


Esas tenazas que parecían apretar San Siro desaparecieron de golpe gracias a una genialidad de Ronaldinho, tal vez lo único (y el único) capaz de llevárselas de allí. El brasileño se "inventó" un pase magistral a Giuly que resolvió de maravilla, pese al mal partido que estaba completando hasta ese momento. Ya sabíamos lo que sufre la defensa del Milan en balones que la atraviesan en diagonal y Dinho parecía no ignorarlo.
A partir de aquí, el partido fue otro. Ancelotti sorprendió a muchos retirando del campo a Pirlo; parecía renunciar a su conductor, repitiendo la solución que le dio resultado ante el Lyon (aunque obviando que aquel partido era muy diferente) y quitó también a Gattuso, adelantando a la media a Serginho y dejando como eje a Ambrosini, un jugador con tendencia natural a irse hacia adelante y llegar al área. Trataba el Milan de hacer daño al Barcelona con argumentos distintos a los practicados, esto es, con fuerza y balones constantes al área. Pero perdió la compostura por el medio y el Barça a punto estuvo de cerrar la eliminatpria a la contra, al margen de que, entonces ya sí, pudo tener esas largas y estéticas posesiones que tanto gustan a aficionados y locutores.
Sólo al final apareció Kaká, nunca lo hizo Shevchenko y tremendamente fallón estuvo Gilardino, que dejará su sitio a Pippo Inzaghi en el Camp Nou a buen seguro.


¿Favorito claro? El Barça. Pero ya no dio esa sensación de aplastante superioridad que sí dio en Stamford Bridge o en Lisboa, porque el Milan, pese a no jugar un buen partido, es mucho Milan. Con una defensa venida a menos y algo lenta, con Pirlo en un mal momento, ..... pero es mucho Milan. Sólo hay que fijarse en que llegó cinco veces con claridad a puerta y sólo le faltó el acierto de otras veces para, al menos, empatar. Por lo menos, aún tenemos eliminatoria, aunque es difícil imaginar que al Barcelona se le escape la final en casa......

2 Comments:

At 11:20 p. m., Blogger Chapu_Nocioni said...

No coincido en lo de Giuly, su definición fue fantástica pero estaba haciendo un buen partido, sobretodo en defensa, ayudando a un Oleguer que no sab ejugar ahí por mucho que lleve todo el año.
Iniesta también estuvo inmenso tocando y aguantando el balón, me recordó a los buenos mediocentros, los de toda la vida, los que destrozaban y creaban.

 
At 11:42 p. m., Blogger piterino said...

De acuerdo en el gran partido de Iniesta, lo cual no he mencionado injustamente. No tanto en lo de Giuly, que es cierto que estaba con ganas y luchando, pero perdió muchos balones y Serginho y Seedorf pudieron con él en cada duelo individual hasta que en el gol por fin hizo una diagonal tan típica suya y que tanto se recuerdan aún en el Louis II.

Gracias por tu aportación, se agradece debatir y saber cómo viste tú el partido. Un saludo, amigo!

 

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