domingo, enero 06, 2008

Peter Pan.

Hay muchos que necesitan tener la esperanza de un final feliz para seguir con atención un relato. Les pasa a los niños con los cuentos, a los adultos con sus relaciones sentimentales y a los aficionados al fútbol con la carrera personal de los jugadores.
Ocurre que no siempre los relatos encuentran el desenlace esperado, y así si pudiera preverse con antelación algún declive prematuro o inesperado descendería el contagio masivo de muchas sonrisas. Recordemos una historia.

Había una vez un lugar sencillo y tradicional, donde la conciencia era colectiva y la costumbre era ley. Su monumental casco histórico y su glorioso pasado mantenían bien alta la cabeza de sus gentes, la misma que reflejaba el inquebrantable orgullo de identidad y pertenencia. Pero hacía ya tiempo que el triunfo se movía en parámetros mercantiles, de compra y venta de valiosos mercenarios, de tecnologías importadas, y no consistía ya en una lucha entre porciones de tierra. Nada es lo que parecía, nada parece lo que era. Un día, aquel lugar recuperó la esperanza.

Creció entre ellos un niño que reunía los antiguos rasgos de grandeza que conservaba la memoria social: un león orgulloso y dominante, fiero en la distancia, bello en la cercanía. La melena al viento le identificaba, la fuerza del espíritu le distinguía. Era listo, guapo, inteligente y habilidoso. En la penumbra del fracaso, era la única luz que iluminaba el porvenir; en el reino del desencanto, él era el príncipe de la ilusión.

Dichosos y animados por el nuevo héroe, las gentes de aquel lugar volvieron a mirar al frente, enfrascados en un día a día inesperado, una nueva rutina en la que volvían a exhibir con desaire los símbolos del corazón, mirando de frente a quienes les escupieron durante tanto tiempo en la solapa. Tan dichosos y tan animados estaban que nadie se dio cuenta de que Peter Pan había dejado de crecer. Se estaba acabando la animación, los barcos pirata y la inocente obsesión por el tiempo: un niño de carne y hueso lideraba los designios de un reino de adultos sin destino.
Hasta que la luz de su figura no era ya más que un estrecho hilo de ceniza, nadie se atrevió a hacer nada.

Aquellas gentes sintieron cambiar sus vidas porque creían en un final feliz, necesitaban sentir que todo aquello duraría para siempre. Peter Pan preparó su equipaje, ocultó la cabellera bajo un gorro sin pluma e inició su camino por las montañas del olvido. Cuentan que en aquel lugar no ha vuelto a salir el Sol y que el agua de los estanques devuelve la imagen de miles de corazones en ruinas.










The Cure- Boys don't Cry
Fotos: El Correo Digital

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22 Comments:

At 6:11 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estimado amigo Pedro:

Sencillamente enorme, sin nombrar a nadie has vuelto a describir sentimientos tan profundos de tal manera que yo mismo los puedo cortar con cuchillo y tenedor.

Realmente esa fue una época en la que la ilusión y la esperanza se hicieron notar en tu equipo. El simple hecho de la aparición de "Peter Pan" relanzó la última esperanza de un equipo en cierto declive.

Un abrazo querido amigo y ojalá vuelvan los buenos tiempos, para todos.

Elías Alonso Aparicio

 
At 12:22 a. m., Anonymous Anónimo said...

Guerrero fue de más a menos. Al final, le trataron mal. Incluso estuvo cerca de salir del At.Bilbao. Se habló del At.Madrid ya cuando estaba de capa caída Julen Guerrero.

De todos modos, me quedo con sus mejores años y sus buenos partidos con la selección española.

Magnífico post.

un abrazo.

 
At 4:59 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pedro, impresionante escrito sobre Julen. Y que bien queda el tema de The Cure para ilustrar este posteo.

Saludos y os invito a visitar mi blog!

http://www.futbolprimera.es

 
At 10:56 a. m., Anonymous Anónimo said...

Te falta por nombrar la verdadera causa de su declive

 
At 11:25 a. m., Blogger Andrés Romero said...

Hubiese sido interesante ver cómo se habría desevuelto Peter Pan en el R. Madrid o en el Barça en sus buenos años, a comienzos y mediados de los años 90.

Su relato no fue excesivamente galano, sobre todo por su final en La Catedral, aún recuerdo las lágrimas de sus depedida, debido a que no enlazó con una generación portadora de machadas. Aunque sí superior a la actual.

Muy buen Post Pedro, un abrazo.

 
At 2:09 p. m., Anonymous Anónimo said...

una lástima que saliera así, estilo urzais, pitado y silbado por la grada en sus coletazos finales

un grande del fútbol español

 
At 7:16 p. m., Blogger Christian said...

enorme, tremendo, flipante... no se tio como te lo montas, pero llegas a despertar esa fibra q tanto cuesta encontrar. creo q guerrero fue un jugador al q todos admiramos y del q todo sufrimos su declive hasta el infinito de un pozo q se a tragado muxos otros grandes.
pero personalmente, me encantaba julen, le veia un jugador con una tremenda pesonalidad y decision. algo mas q un futbolista. algo q el atleti nuca volverá a encontrar en su cantera.
a julen le trataron mal. pudo irse a los mejroes eqipos de europa y permanecio fiel al amor de sus colores. Si, su rendimiento decayó drasticamente y de manera inexplicable. de repente todos dejaron de contar con él. pero cuando algun entrenador se atrevia a sacarle, julen respondia, y la catedral se venia abajo...
a mi su despedida me puso el vello de punta, a sido una de las mas duras q e visto alguna vez.
y antes d decir nada mas, me voy a cayar, prefiero mantener la figura de julen en lo mas alto y no oir las paparruxadas q intentan acabar con él

un abrazo

 
At 8:37 p. m., Blogger hoeman said...

Eres grande, piterino, seguro que a más de uno has puesto la piel de gallina. A mí por supuesto que sí.

 
At 9:56 p. m., Blogger piterino said...

@Elías

Gracias! Es cierto, Julen (y todo lo que él significó en su explosión) fue el último coletazo de grandeza de un equipo en decadencia depresiva.

@fernando

Bueno, eso de que se le trató mal creo que es relativo. Yo siempre le guardé cariño, por todo lo que significó, pero no todos en Bilbao pensaban igual en los últimos años. Aún así, eran mayoría las sonrisas sinceras cuando Julen saltaba al campo.

@juan

Te visitaré. Gracias.

@anónimo

No es tan sencillo de explicar, y además tampoco creo que nadie lo sepa hacer bien. Por eso he preferido centrarme en lo que significó para el Athletic su irrupción.

@la quinta del buitre

Cierto, siempre quedará la duda de qué habría sido de él en caso de haber aceptado la oferta del Madrid o la millonaria del Parma.
Visto con la ventaja del tiempo y la perspectiva, todos habríamos salido ganando, tanto él como el Athletic.

@fiebre del domingo noche

Bueno, tampoco salió pitado. Ni él, ni mucho menos el gran Ismael Urzaiz, de quien casi todo San Mamés se sigue acordando domingo tras domingo.

@christian

Muchas gracias. Comprendía los argumentos de quienes terminaban viéndole con desconfianza por su desproporcionado contrato y su frágil deambular por el campo, pero aún en sus últimos meses insuflaba emoción al equipo y la grada cada vez que salía a jugar.

@hoeman

Muchas gracias, de verdad.

 
At 9:58 p. m., Blogger zaragocista said...

Genial Piterino, nuavemente soberbio.


Julen creo que fue víctima de su fragilidad con las lesiones y quizás con otra cosa. En ese sentido, me parece que fue un adelantado, y las cosas no relacionadas con el fútbol pudieron influir en su rendimiento. Digo.


Un abrazo Piterino.

 
At 10:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Genial otra vez Pedro, no se me ocurre mejor regalo que un post tuyo en el día de Reyes.

Yo también desde la perspectiva que nos da el tiempo, creo que lo mejor hubiera sido que hubiera fichado por algún grande. A el no se sabe si le hubiera ido mejor o peor pero al Athletic seguro que sí, ya que hubiera embolsado una cantidad considerable.

Felicidades otra vez por tu post y que te dure la inspiración porque lo "bordas".

Un petó

pd. La elección de la canción le va que ni pintada al post de Julen. Triste pero bonita.

"So I try to laugh about it
Hiding the tears in my eyes..."

 
At 11:37 p. m., Anonymous Anónimo said...

Mi gran amigo Pedro, de esta pequeña idea que surgio una noche alla por chambao te doy las gracias por este post sobre el jugador mas grande e ilusionante que hemos visto en nuestro equipo. Espero que algun día vivamos las mismas experiencias que nos dió el gran julen. Me has dejado sin palabras.
Un abrazo muy grande,

Adolfo.

 
At 4:24 p. m., Blogger ARO GERALDES said...

Con la prepotencia de su penetración cultural, Hollywood nos quiso hacer creer que las grandes historias son las que tienen un final feliz, el "happy end" que le llaman...
Pues no.
Este Peter Pan rojiblanco con alma de león fue una grandísima historia, menos guionada y más parecida a nuestras vidas... más humana. Y las historias más humanas son las más queribles.
¿Qué importan los finales? Canta el genial Fito Páez: "Nada nos deja más en soledad que la alegría si se va". La víspera de la felicidad tiene una efervescencia inolvidable, eso fue Julen en la cancha.
Un gran abrazo desde Buenos Aires...

 
At 5:05 p. m., Anonymous Anónimo said...

Al tratarle mal, me referería al mundo del fútbol en general y la prensa, no a la afición de San Mamés.

un saludo

 
At 6:38 p. m., Blogger piterino said...

@zaragocista

Más que como un adelantado, yo le veo un romántico, el último ramalazo de grandeza de un noble desposeído, el último proyecto de "crack" que no cambió la calidez del hogar por el laurel de la aventura grandiosa.

@silvi

Muchas gracias, aunque un post y una postdata tuyas sí que son un verdadero regalo. Un beso.

@adolfo

Hermano! Pocos como tú y yo hemos vivido en la distancia la caída de Julen. Creo que, sólo por nuestra fidelidad y tod el tiempo invertido en debatir, sufrir y darle vueltas a la sitación del Athletic, merecemos alguna pequeña alegría. Gracias a ti!

@aro geraldes

Totalmente de acuerdo, parecemos obligados a fijarnos únicamente en la meta sin disfrutar en el camino, y así valoramos todo.
Comentario genial, gracias!

@fernando

Creo que siempre tuvo buena prensa, aunque muchos no entendieron su decisión ni su caída posterior, y parecían esperarla como agua de mayo, es cierto.

Gracias y un saludo a tod@s!

 
At 11:14 p. m., Blogger Marco said...

Hola Pedrooooooo!!!!
Hemos vuelto de una buenas vacaciones para ver que pasa por aqui y nos encontramos con otra perla piterinense!!!

Excelente!!!

Abrazo porteño!

 
At 4:18 p. m., Blogger J. Urrutia said...

Clap, clap, clap!!!!

Obra maestra absoluta. Si señor!!!

Un abrazo.

 
At 11:23 p. m., Blogger Carlos said...

Excelente una vez más Pedro, y no lo hago por quedar bien.

Lo poco que recuerdo de Julen es bueno, excepto en sus ultimos años, en los que considero que se arrasstraba por los campo. Algún día entrenará a el equipo bilbaino, estoy seguro.

Saludos

 
At 11:46 a. m., Blogger Juanjo said...

Guerrero fue muy grande... pero ni el le podía dar al Athletic lo que quería, ni el equipo bilbaíno a él lo que necesitaba.

¿Qué hubiese pasado si llega a dar el salto a un club más grande?

Saludos

 
At 1:31 p. m., Blogger Javi Saiz said...

Julen representaba fielmente al Athletic en su figura. ¿Ahora que jugador lo hace? Ese es un grave problema.

A los atléticos creo que nos pasó lo mismo con la aparición de Fernando Torres, pero comparar a instituciones tan distintas no creo que sea lo más justo.

Enhorabuena por la victoria de ayer, buen trabajo el vuestro.

 
At 8:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Buscando cosas de Julen he llegado aquí y de los otros enlaces que he encontrado os pongo uno que me parece muy interesante:

http://lacoladevaca.blogspot.com/2006/07/julen-guerrero-y-jess-navas.html

 
At 9:45 p. m., Anonymous Anónimo said...

Eres el mejor, Pedro. Una vez más, has conseguido emocionarme.

El idilio de Julen con San Mamés es el ejemplo más claro de lo que siempre tuvo ese equipo, de lo que siempre necesitó y de lo que adolece hoy en día: jugadores de calidad que sienten y conocen el Athletic.

Quizá no tuvo el final que todos esperábamos, pero la historia de Julen fue preciosa. Desde entonces ¿Cuántos futbolistas han conseguido haceros reir de felicidad y llorar de emoción? Hay reside el gran legado de esta preciosa historia.

Un saludo maestro.

 

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