lunes, julio 10, 2006

¡Italia!


Se desveló la incógnita: ha sido Italia la selección que se ha coronado campeona del mundo en Berlín, rompiendo una racha de 24 años sin ganar pero cumpliendo con la tradición no escrita que le lleva a jugar la final del Mundial cada docena de años. Ya son cuatro cetros universales para el hoy maltrecho calcio que bien hace en refugiarse bajo el manto dorado de la squadra azzurra de Marcello Lippi para olvidar el escarnio mafioso que oscurece su futuro inmediato.

Hablábamos de que Italia parecía llegar a la cita mundialista debatiéndose entre la comprobación reciente de que con un esquema abierto y dando salida al gran caudal de talento que atesoran se puede ganar, y la experiencia histórica de su identidad futbolística de siempre. Es probable que Lippi haya acabado a medio camino entre una cosa y la otra, en un punto desde el que planteaba el partido de salida con un punta e introducía paulatinamente atacantes conforme el partido se pulía.

Sólo cuando Pirlo cogía el timón la azzurra encontraba fluidez en su juego. De cualquier forma, siempre se sintieron guarnecidos por el buen hacer de su defensa y los tres pulmones de la escolta oficial del guía. No deja de ser llamativo que Italia se haya proclamado campeona del mundo sin que hayamos tenido casi noticias de su mejor jugador, Totti. Si se dar más nombres del campeón se trata, mencionemos a Buffon, que ha demostrado ser el mejor guardameta del mundo sin discusión, a Grosso, protagonista en dos momentos decisivos, y por encima de todo y de todos a Cannavaro, que ha dado un curso acelerado de cómo liderar una zaga. Impresionante Fabio.

Han crecido con el torneo, han encontrado como siempre sus propios héroes por accidente (esta vez han sido Grosso y Materazzi), han conseguido que todo el país olvide el Moggi-gate y vergüenzas criminales semejantes y han vuelto a demostrar al mundo cómo se compite al máximo nivel, sobreponiéndose a las adversidades. Han sabido echar a la Chequia de porcelana, superar la anarquía africana de Ghana y quitarse de en medio por pegada a la sorprendente Ucrania. Entre medias, encontraron a suerte necesaria y suficiente ante Australia y, de paso, vengarse de Hiddink después de Corea. Han firmado un partido y una prórroga memorables ante la anfitriona Alemania cuando todos les daban ya por muertos. Y, por último, han sufrido como sólo ellos saben y pueden ante una selección como Francia topándose con la fortuna en forma de lesión de Vieira y expulsión de Zidane cuando sentían las cuerdas contra la espalda y llevándose una final intensa y extensa.
Como han hecho tanto y en tan poco tiempo, son para mí justos campeones. Bravo Italia!

P.d. Sobre el incidente de Zidane, creo que está todo dicho y explicado. Me produjo desagrado ver las imágenes y no termino de comprender cómo pudo sucumbir a poner un final tan negro a su carrera de oro. El partido reunió todo lo que ha venido adornando su dilatada trayectoria: un detalle sublime, ademán de fenómeno y presencia de fundamento, pérdida de fuelle conforme el partido se alargaba e incluso una absurda "auto-expulsión" como la que ha cometido nada menos que catorce en su vida. Nada más que decir salvo que tampoco me explico el interés repentino por conocer qué le dijo Materazzi antes del ya célebre cabezazo.


Foto: AFP

2 Comments:

At 3:10 a. m., Blogger Csai D. said...

Viendo este mundial, donde ha imperado mucho el músculo, me pregunto cómo le iría a un tipo tan metódico como Mourinho en un torneo así.

Creo que a Hoeman le va a encantar tu post, porque es Italianista a morir.

SAludos

 
At 11:24 a. m., Blogger hoeman said...

Jaja, la verdad es que si que me ha encantado el post. No se puede añadir nada más a lo escrito por Piterino.

 

Publicar un comentario

<< Home