viernes, julio 14, 2006

En busca del clasicismo: Argentina y sus vértices.


Es inevitable ampararse en la modernidad para entender el fútbol de hoy. Cómo trabajan hoy los entrenadores, cómo prima hoy en día el aspecto físico, cómo se aplican las nuevas tecnologías al mundo del fútbol. Es natural recurrir a los referentes más inmediatos como síntomas cercanos que explican muchas cosas. Pero uno nunca debe olvidarse de los referentes clásicos, los de siempre. En el fútbol, como todo en la vida, nada pasa de moda sino que espera pacientemente a que aparezca alguien que encuentre una nueva aplicación de lo mismo adaptándose a la realidad del momento.

Argentina destaca por ser fábrica y cantera de centrales excelentes, tanto zagueros de marca como zagueros de anticipación. Pero interesa ante todo porque es capaz de hacer sobrevivir a su fútbol manteniendo dos enclaves tradicionales: el "5" y el "10" clásicos.
Mientras en Europa seguimos confiando en medios musculosos con cuatro pulmones, en jugadores polivalentes y dinámicos y en todoterrenos o, como dicen en Italia, tuttocampistas, en Argentina (y, en general, en muchos países sudamericanos) lo tienen claro: dos faros específicos y el equipo a jugar.

Dos centros de referencia que definen las intenciones sobre el campo, dos puntos de inflexión que determinan las dos transiciones fundamentales del juego.
El "5" vive en torno al círculo central. Sabe no dejar espacios a su espalda delante de la defensa, sabe colocarse como nadie, sabe jugar el balón en corto y en largo con sencillez y sabe encontrar el momento justo para que el equipo arme su ataque. Como se ve, suele ser un auténtico pozo de sabiduría al que todos recurren con sus dudas.
El "10" es menos metódico, pero más genial y desequilibrante. Se mueve entre líneas, aguanta la pelota, dribla en corto y el pase interior ha de ser la especialidad de la casa. Representa el número más simbólico del fútbol y es una auténtica especie en peligro de extinción, incluso más que los extremos.

Así que Boca tiene al sensacional Fernando Gago y a Insúa, River sigue otorgando la manija al "Muñeco" Gallardo y asoma Augusto Fernández, el Vélez campeón se fraguó en torno a Somoza y a Leandro Gracián o Independiente, que pretende hacer un equipo grande con Lucas Biglia y Montenegro. Y nos acordamos de Redondo, y de Francescoli, y de Maradona y de tantos otros.
Como el fútbol argentino sigue creciendo en torno a estos vértices, los amantes de los "5" y los "10" seguiremos viéndolo con pasión y nostalgia. Lo clásico jamás pasa de moda...

Foto: mercafutbol.com

3 Comments:

At 4:27 p. m., Blogger hoeman said...

Pues si, Argentina es una cantera inagotable de 5s y 10s, aunque muchos de ellos agrandados por lo bien que venden los argentinos a sus jugadores.

 
At 10:47 a. m., Blogger Csai D. said...

Ante tu artículo me asalta una duda sobre ese 10 que dices está en peligro de extinción. Me gustaría una explicación más profunda sobre por qué lo crees así.

SAludos

 
At 7:23 p. m., Blogger piterino said...

@csai d.
Pues me refiero al "enganche" puro, al clásico. A Europa le cuesta horrores dar un 10 puro de primer nivel sencillamente porque lo que exige ese denominado fútbol moderno es otro tipo de centrocampista, más completo, más trabajador, capaz de hacer muchas otras cosas aparte de quedar entre líneas, dañar ahí al rival y meter pases al hueco o aguantar la pelota. En el musculoso y dinámico fútbol europeo, un 10 puro es difícil de encontrar, y además quien tiene uno en su equipo y decide apostar por él lo suele acompañar de dos pivotes por detrás y un solo punta por delante.

En España aún vemos y disfrutamos algunos (con dificultades) pero en otras Ligas como la Premier League o la Bundesliga sencillamente no existen. No hay media puntas clásicos. Y, si los hay, juegan en otra demarcación (en banda, como punta, se reconvierten, ...)

Es solamente una impresión, pero veo que en Europa el juego de ataque se articula de otra manera y las transiciones también. Un saludo!!!

 

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