martes, febrero 12, 2013

Dejar de ser sin dejar de estar




Artículo publicado en www.masliga.com el 7 de febrero de 2013.

Una de las figuras más glosadas de la Historia es la de Alejandro Magno. De todos los episodios que de su vida se han escrito o idealizado, es recordado aquél en que, estando Alejandro practicando deporte en cierta ocasión, se le acercó alguien y le preguntó si pensaba participar en los Juegos Olímpicos, a lo que el Magno respondió: “Si mis rivales fueran reyes, por supuesto que sí”. Evocando esa situación, resulta sencillo imaginarse a uno mismo como aficionado del Athletic, encontrándose a Fernando Llorente en pleno esfuerzo y recibiendo una respuesta idéntica.

Y ese aficionado cualquiera en que uno se siente encarnado, le recordaría a Llorente lo que cantaba Alejandro Sanz en una bella y atípica canción: “no es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse, ¡qué va!”. Estás aquí, porque afortunadamente te podemos ver, aunque tristemente te tenemos que escuchar. Estás aquí pero ya no eres, Fernando, de ninguna manera. No eres nada ya. Pero no tiene que ver con que no te quieras quedar, ¡qué va!

No es lo mismo recibir cariño que sentir presión, nos dices. Por supuesto que no. Cariño es todo lo que has recibido en el Athletic desde que eras niño. Entrenando, jugando, creciendo, renovando, fallando, progresando, volviendo a fallar, fallando mejor… Un cariño familiar, sincero, incondicional. Un cariño desmedido. Tanto, que cuando te has dado cuenta de que no era suficiente para sentirte realizado, te has ruborizado y no te has atrevido a reconocer que ibas a medir tu bienestar en términos monetarios y tu porvenir con otros horizontes. El Athletic no es millonario y Bilbao es pequeño. Pero es que no has sido capaz de decirnos esto.

No es lo mismo un argumento que un pretexto. El primero es razonado a lo largo de un proceso y el segundo es creado al final del mismo. Si algunos medios locales y un sector de la afición han despertado en ti la necesidad de marcharte, no debería haber existido ese largo período de negociación. Decir eso a estas alturas, con gesto grave y postura desairada, es un pretexto. Es consecuencia, y no causa. Tampoco es edificante, ni seguramente justo, y por eso te aprovechas conscientemente. Pero es que tampoco has sido capaz de decirnos esto.

Y no, claro que no es lo mismo lo que está sucediendo con Víctor Valdés en el Barcelona que lo que habéis provocado tú y el resto de desafortunados protagonistas en el Athletic. Si el año pasado nos hubieses contado cómo te sentías y lo que creías necesitar, antes de escuchar una oferta del club y de entrar en una negociación pura y dura, no estaríamos discutiendo estas líneas. En esa misma canción, decía Alejandro Sanz que “no es lo mismo tú que otra, entérate no es lo mismo, que sepas que hay gente que trata de confundirnos, pero tenemos corazón, que no es igual, lo sentimos… es distinto”.

No es lo mismo ser rey que ser león. Deberías saberlo mejor que nadie pero no pareces ser consciente. Tal vez porque has sido ambas cosas, y lo has sido a la vez. No es lo mismo, hay una diferencia. Ocurre, Fernando, que cuando uno deja de ser rey, pierde la corona y deja al aire la cabeza, sintiendo en pleno rostro el frío de la vulnerabilidad; pero cuando uno deja de ser león… Cuando uno deja de ser león pierde su ser, aunque los demás sólo echen en falta la melena, las fauces y las garras, y queda desnuda su alma, sintiendo en el corazón el vacío del olvido.