domingo, septiembre 07, 2008

Oportunidad y gracia.

La vida puede explicarse sin duda como un problema continuo de elección de opciones que se nos presentan, con un tiempo y unas facultades restringidas. Parece simple, pero en el fondo es así.
En Teoría Económica, se llama coste de oportunidad al conjunto de todas las opciones que descartamos al realizar nuestra elección: ir al cine ... o cualquier otro plan; estudiar Medicina ... y cualquier otra carrera.
Después de dos años salpicados de excesos sociales y retrocesos deportivos, el Barça apostó por el fútbol y el compromiso, el sudor y la dedicación. Parecía la mejor receta para encauzar todo su talento al servicio del grupo. Primer partido de liga, el equipo pierde con un recién ascendido y la pieza más controvertida del tablero hace su primera elección de opciones: Samuel Etoo falta a los dos primeros entrenos semanales (y llega tarde al tercero) a causa de un viaje a Mozambique, aplaudido desde el punto de vista humano e incomprensible dadas las circunstancias.

A veces, el fútbol debería explicarse en términos económicos, aunque sólo sea por lo que les cuesta a algunos ser oportunos.



Decía San Agustín que "la Ley ha sido dada para que se implore la gracia; la gracia ha sido dada para que se observe la Ley". Uno de los padres de la Teología cristiana daba por sentado el pacta sunt servanda (respeto a la palabra dada) y que el deber está escrito porque en lo proscrito está el deber. Una obligada sumisión moral al sistema como eficaz instrumento de convivencia y buena conciencia.
Robinho tenía una mosca detrás de una oreja y los cantos de sirena de un rufián como representante tras la otra. Todo porque el Real Madrid se había encaprichado de un jugador que le iba a robar sí o sí atención mediática y hasta personal. Así que entró en un escenario de conflicto cargado de razones: el cuidado que merecen sus cualidades, la proyección que exige su marca. Pero ha salido de él como el padre del protagonista de "La mortaja", el relato de Delibes: desnudo y muerto por sorpresa, mientras todos miran incrédulos sin saber qué hacer. De sus veleidades sólo cabe concluir su exceso de celo (económico también) y su falta de firmeza frente a un entorno nocivo.

A veces, el fútbol debería explicarse en términos cristianos, aunque sólo sea por lo que imploran algunos desagradecidos.
Linkin Park-In the End
Fotos: www.as.com

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